10 de abril 2021, un día muy especial, en el cual empieza un nuevo ciclo para mi como iniciada en Máster de Reiki
No puedo explicar mi nivel de emoción, mi corazón explota de tanta felicidad que siento, ya quería que fuera hoy, me desperté con el canto de los pájaros, arreglé mi vestido blanco especial para mi ceremonia, sólo de pensar en el momento, se me llenaban de lágrimas los ojos. Y como era de esperarse, sí lloré muchísimo en la iniciación, creo que se puede percibir mi alegría que se desborda de mi pecho.

Cuando tomé la decisión de realizar este máster, estábamos en el comienzo de la pandemia, la cual me permitió reflexionar sobre el rumbo de mi vida, me sentí en el limbo y con un vacío, sentía que me faltaba más por hacer, ayudar, servir. Como dato curioso, antes de estudiar Comunicación, mi primer opción era medicina, y por cuestiones externas, el destino me llevó por otro rumbo, pero en mí siempre han estado esas ganas de hacer servicio por la comunidad; y en medio de una situación en la cual todos estábamos muy ansiosos por todo lo que estaba pasando, quería tender la mano de alguna manera y ayudar en lo que pudiera. Y así tomé este camino nuevo, ya contaba con dos certificaciones de Reiki, pero quería seguir preparándome, tener más herramientas y conocimientos para abarcar más, y de cierta manera, este máster me mantuvo motivada en medio de la cuarentena.

Fueron muchos meses de trabajar en mi, de conocerme y descubrir muchas heridas guardadas que habría que sanar para poder llegar a esa evolución de mi alma, un proceso muy difícil de sanación pero muy necesario. Como me dijo mi maestro Sefe, no puedes hacer una maestría sin un tema qué trabajar, así que cada tema y ejercicios que se veían, los trabajaba en mí. Puedo decir que esta energía de amor del Reiki es tan grande y poderosa, que me ayudó a liberar muchos miedos que no me dejaban avanzar y a la vez eran barrera para cumplir sueños en todas las áreas de mi vida. Una etapa de aprendizaje e introspección, de poner orden, de estar conmigo misma y llenarme del amor de Dios.

A veces nos da terror de indagar y saber más de nosotros, de ver qué nos gusta, qué nos mueve, qué nos apasiona, cómo es nuestra propia compañía o cuáles son nuestros sueños y qué implica realizarlos y sobre todo callamos la voz de nuestra intuición. Este máster también me enseñó a todo eso, además de escuchar mi voz interna y conectar mi mente con mi corazón, saber poner límites y hacer siempre lo que enciende mi alma. Me ayudó a cerrar ciclos que habían quedado abiertos y enfrentar, llorar y liberar ese dolor acumulado de tiempo atrás, que no había querido mirar, a finalmente soltar todo aquello que no estaba en mi vibración y avanzar sin miedo, a aceptar esa rareza en mi que me hace única.

Sentí tan presente a Dios en este proceso, su compañia, amor y luz nunca me abandonaron, al contrario se intensificaba con el tiempo, me mandó a personas muy valiosas, maestros que me guiaron y me ayudaron a seguir sanando. Hoy me siento con una energía renovada, de renacimiento y resurrección.
Después de casi un año de estudio y trabajo personal, hoy se cumple un sueño, y como me dijo mi gran amigo Mario, un paso más a mi alma y al servicio del mundo.

Uno de los regalos hermosos que recibí al finalizar el máster, es mi nombre espiritual: Siri Saran Kaur, el cual se da de acuerdo a tu nombre completo, fecha y lugar de nacimiento, es tu destino designado, tu identidad celestial y del alma, tu fuerza guiadora. Te ayuda a avanzar hacia tu destino verdadero, una oración y mantra personal.
Infinitas gracias a mi maestro Seferino por acompañarme y guiarme en este camino tan bonito y por sembrar en mi las ganas de seguir evolucionando como sanadora y reikista, para llevar luz y amor a más corazones del mundo.
10 de abril de 2021, marcó un antes y un después en mi vida, mi corazón por siempre agradecido por este nuevo ciclo.
Besos a todos!!
Siri Saran Kaur, máster de Reiki.